ECONOMIA E HISTORIA UNIVERSAL

 

BOLIVAR Y LA ECONOMIA BOLIVARIANA
Jorge Mier Hoffman

Las armas de la Tercera Guerra Mundial

«La disposición de las rentas públicas en gastos desconsiderados y frívolos, sobre todo, en los sueldos de innumerables funcionarios, secretarios, jueces, diputados federales y provinciales (alcaldes, concejales y prefectos), han quebrado la República por lo que el gobierno ha tenido que emitir billetes sin fondos, billetes de inflación» Simón Bolívar

Estas sabias palabras del Libertador, fueron escritas el 15 de diciembre de 1812, con motivo de razonar las causas de la perdida de la Primera República en su magistral documento titulado «Memorias a los Ciudadanos de la Nueva Granada por un Caraqueño»… Nos son familiares, porque ellas están aún presente luego de casi 200 años, como el factor nefasto de inflación y deterioro de la economía de Venezuela y las causas de la corrupción que ha carcomido las finanzas del Estado… Como siempre, Bolívar no se equivocó cuando identificó los puntos débiles de nuestra economía, y sobre los cuales debemos hacer un último esfuerzo por remediarlos, antes que el Imperialismo Económico Internacional nos esclavice, con la nueva táctica de invasión que se ha apoderado de importantes naciones del continente, a través de la Receta del Fondo Monetario Internacional (FMI): Globalización, Apertura Económica o Neoliberalismo.

Los principios de la «Economía Bolivariana» es todo lo contrario a las nefastas medidas económicas impuestas por las grandes potencias; nuestra economía bolivariana se fundamentan en la necesidad de proteger la patria por encima de todo..! Sin este arraigo nacionalista, tanto en su concepción, aceptación y sentimientos, no es posible construir una nación. Al respecto Bolívar dijo:

«Primero el suelo nativo que nada, él ha formado con sus elementos nuestro ser. Nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro propio país. Allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la educación»

Bolívar al reflexionar sobre el destino de Venezuela: «Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la prosperidad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consiste en el perfecto goce de estos derechos»

Para Bolívar, la «felicidad» fue la razón de su magistral obra. Para lograrla, se convirtió en soldado y luego como legislador, creó un conjunto de Códigos y Leyes orientados a lograr la justicia y la libertad, como las hermanas inseparables de la felicidad de los pueblos.

Toda su obra legislativa se fundamentaba en la igualdad de los hombres frente a las leyes

En esta búsqueda interminable, Bolívar supo interpretar la justicia, no como la manera de castigar a los hombres, sino como la fórmula de la felicidad:

«Es mi opinión, que el fundamento de nuestro Sistema depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela. Que los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad; está sancionado por la pluralidad de los sabios, como también lo está, que no todos los hombres nacen igualmente aptos a la obtención de todos los rangos; pues todos deben practicar la virtud y no todos la practican; todos deben ser valerosos y todos no lo son; todos deben poseer talentos y todos no los poseen. De aquí viene la distinción efectiva que se observa entre los individuos de la sociedad más liberalmente establecida. Si el principio de la igualdad política es generalmente reconocido, no lo es menos el de la desigualdad física y moral. La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerza y caracteres. Las leyes corrigen estas diferencias por que colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, les den una igualdad ficticia, propiamente llamada política social»

Los principios bolivarianos están orientados a lograr la «felicidad» en todos los campos, eliminando las barreras divisionistas entre los ciudadanos, procurando el Imperio de la Igualdad y la Libertad sustentada en la Soberanía Popular, como el único arbitro del destino del país, frente al Poder Supremo y el Imperio Económico que trata de dominar los pueblos; sin embargo, Bolívar supo encontrar el justo punto de equilibrio entre las funciones del gobierno y las del colectivo, en una balanza de justa distribución de las riquezas del país:

«Para formar un gobierno estable, se requiere la base de un espíritu nacional que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales: moderar la voluntad general y limitar la autoridad pública»

Ese punto de equilibrio que requería la nueva sociedad bolivariana, tendría que abarcar también a las castas nativas, como auténticos dueños de la herencia americana. El 20 de marzo de 1820, desde Cúcuta dicta un Decreto que restablece los derechos a los indígenas, obliga al gobierno a su protección, y extiende la educación obligatoria a los nativos, como el primer paso para incorporarlos a la productividad de la nación.

En lo económico, Bolívar establece el principio de la moral y virtudes, como el piso fundamental que requiere cualquier Programa de Gobierno. Su error táctico, estuvo en la designación de los funcionarios responsables de instrumentar las medidas económicas, al darle mayor importancia a la capacidad que al compromiso que esas personas tenían con el Plan Bolivariano:

«Yo no he colocado ningún pariente mío en los altos destinos de la República; sin embargo a quienes he dado tan alta investidura, son precisamente quienes me han contrariado y han impedido la organización del país, sembrando la discordia, fomentando partidos políticos y insubordinando al ejército para crear una anarquía en el país: Santander en Bogotá, Páez en Venezuela, Bermúdez en Maturín, Arismendi en Caracas, Mariño en todos los tiempos, Padilla en Cartagena»

Medidas ejemplarizantes, son indispensables para crear un ambiente ideal para la inversión:

 «Todo aquel que fuese convencido de haber defraudado los caudales de la renta nacional… el robo y manejos ilícitos, será pasado por las armas y embargado sus bienes para deducir los gastos y manejo que originen»

Para complementar su lucha frontal contra la corrupción:

«Todo ciudadano tiene derecho a velar sobre la Hacienda Pública Nacional; su conservación es de interés general. Los que defrauden son declarados enemigos capitales, y en este caso la delación de degradar al que la hace, es una prueba de su ardiente celo por el bien público»

Es su concepción macroeconómica, la justa distribución de la riqueza, es la formula para mitigar la miseria. Insiste en el reparto de los bienes nacionales, primordialmente tierras; el principio inquebrantable de nacionalización de riquezas mineras por ser partes del subsuelo y por consiguiente, ser parte de la nación y de sus ciudadanos: «Las minas de cualquier clase corresponden a la República»… Este Decreto promulgado en Quito el 24 de Octubre de 1829, constituye las raíces de las Leyes de Minas e Hidrocarburo y el fundamento de la Nacionalización Petrolera.

Cuando se hablaba de ilusoria libertad y el imperio español se hacía más fuerte y la guerra parecía ser eterna, Bolívar emitía decretos originales y novedosos: «El presente decreto no sólo se publicará del modo acostumbrado, sino que los jueces políticos instruirán de su contenido a los naturales, instándolos a que representen sus derechos aunque sea contra los mismos jueces y a que reclamen cualquier infracción»Con esta original idea convertida en Ley, Bolívar pretendía educar a una población ignorante sobre sus deberes y derechos. En su opinión, había que conocer la Ley para exigir su cumplimiento.

Bolívar crea un precedente histórico al regular el trabajo con normas rigurosas y protectivas del Estado, estableciendo el pago del salario en dinero y no es especies, dadivas y trueques, como se acostumbraba en la colonia: Decreto la estabilidad de los trabajadores: «No me parece justo que si alguno está ejerciendo el empleo pretendido bien y tiene servicio e inteligencia, se le vaya a quitar para dárselo a otro, porque esto es contrario al espíritu de la inteligencia»

Bolívar fue el precursor de la Ley de Carrera Administrativa, que garantiza la estabilidad de los empleados públicos: «Todo funcionario actualmente empleado, puede ser removido de su destino, siempre que haya datos de su mala conducta en el servicio, que sea inepto o que sin impedimento legal, falte a sus labores en las horas señaladas por la Ley, o que en el trabajo, no se dedique con la laboriosidad y esmero que le corresponde»… Además estableció la Contratación Colectiva como mecanismo de protección de los empleados, incitando a su vez a la creación de los Sindicatos.

Bolívar fue el precursor del Turismo como Empresa Económica, cuando el 6 de agosto de 1829, desde Guayaquil, emitió un Decreto para crear el Puerto Libre de Margarita: La razón de darle a la isla un Régimen Especial Tributario en materia de Aduanas, tenía como visión, atraer nuevos inversionistas y promover el turismo como un factor económico de progreso.

«Moral y luces son nuestras primeras necesidades»… Sobre estos dos pilares, se fundamentan los principios bolivarianos: educación y virtudes, constituyen los fundamentos económicos del Libertador:

«La mala educación, que apaga todo sentimiento de honor, de delicadeza y de dignidad, facilita el contagio de las malas costumbres y de los vicios y aleja del camino de la virtud y del honor. El juego aumenta las necesidades, corrompe al hombre de bien, es causa de muchos robos, de seducciones, traiciones y asesinatos; porque el jugador, para tener dinero para satisfacer su pasión, es capaz de todo»…Un mensaje que vale la pena reflexionar, cuando las naciones bolivarianas han instaurado el vicio, el ocio  y la vida fácil, como una forma de vida,  en países que por tradición fueron siempre ejemplo de familia y trabajo.

Desde Chuquisaca en Bolivia, el 19 de diciembre de 1825, impacta a la sociedad con un Decreto que protege las aguas y los bosques, bajo el concepto moderno de Recursos Naturales Renovables… Los bosques son regulados y la obligación de incorporar tantas especies nuevas por árbol cortado. Desde Cuzco, el 5 de julio de 18925, publica un Reglamento de Caza, para proteger especies en peligro de extinción como la Vicuña, señalando las épocas de veda y comercialización de su lana. Lo sorprendente de estos Decretos que hoy forman parte de organismos como la UNESCO, surgieron de la mente de Bolívar, en una región y una época, donde no existían Estudios Conservacionistas e instituciones científicas dedicadas a preservar el medio ambiente.

Bolívar protegió la industria nacional de la importaciones: «Se prohíbe la importación de paños de estrella y de segunda, bayetones, bayetas de pellón de cien hilos, fajuelas, ruanas, fulas, bayetas o elegantes encajes o blondas de algodón y lana, frazadas o cobertores de lana, tocuyos o liencillos, sea cual fuere la procedencia de estas mercancías»… y para ampliar el comercio internacional americano, visualizó un «mercado Común americano» cuando idealizó el Congreso Anfictiónico de Panamá.

En la agricultura fue único e innovador con una Ley de Tierras que distribuía las tierras entre los nativos, para acabar con el latifundio… y además promulgó leyes para incentivar la producción nacional:

«Pienso mejorar la suerte de la agricultura, disminuyendo los derechos internos y suprimiendo los de extracción, ya que los agricultores piden que se les disminuyan las cargas impositivas y los prestamistas cobran altos intereses. Que en todo punto donde el terreno prometa hacer próspera una especie de planta, se emprenda una plantación a costa del Estado. Como gran parte de la República carece de agua, que se visiten las vertientes de los ríos, se observe el curso de ellos, y se determinen los lugares por donde puedan conducirse las aguas hacia los terrenos que estén privados de ella» Simón Bolívar

Bolívar ordenó la organización del Sistema Marítimo, en un esfuerzo por modernizar la flota comercial y militar de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia

En 1826 estableció las normas de navegación sobre el Lago de Maracaibo, cuando tuvo la oportunidad desde la Ceiba, embarcarse en el «Steambort», primer barco de vapor que cruzaba el lago… Bolívar nos dejó todo un Tratado de Economía para enfrentar a la globalización y en neoliberalismo salvaje que exportan los imperios económicos; y sobre todo, estableció no sólo el sistema de gobierno que debe instaurarse en los países bolivarianos, sino que trazó el camino para lograr la felicidad como un Modelo de Gobierno:

«Es preciso que el gobierno se identifique por decirlo así, al carácter de las circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo rodean: Si éstos son prósperos y serenos, él debe ser dulce y protector; pero si son calamitosos y turbulentos, él debe mostrarse terrible y armarse de una firmeza igual a los peligros, sin atender a las leyes ni a la constitución, mientras no se establezca la felicidad y la paz»… Simón Bolívar

Bolívar revolucionó el estamento político para crear un estilo de Gobierno que busca la «felicidad» en la concertación de la sociedad, cuyos preceptos ideológicos y doctrinarios fueron muy adelantados al momento político que le toco vivir, adelantándose en su objetivo social a lo que sería el modelo capitalista, el socialismo y el comunismo.

Socialismo: Sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes.

Es como el «Diccionario de la Lengua Española» define un término sumamente complejo y tan antiguo como la civilización, pero que ha sido estigmatizado por las corrientes filosóficas del capitalismo, satanizado por la iglesia, y secuestrado por los seguidores del «Socialismo Científico» proyectado por el judío alemán, Karl Heinrich Marx en su obra «El Capital»; libro polémico, en contra del capitalismo, que publicó en Londres en 1848 en compañía de su paisano también judío, Frederik Engels bajo el nombre de «Manifiesto Comunista«.

Bolivarianismo: Perteneciente o relativo a Simón Bolívar, militar venezolano, a su historia y su política.

Nótese la amplitud y complejidad en la definición que le da la Academia Española a este concepto que acertadamente recoge nuestra Carta Magna que, en su primer artículo, define el estamento político de la Constitución Bolivariana de Venezuela:

«Artículo 1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador»

La Constitución Bolivariana de Venezuela nos dice que la nación fundamenta su patrimonio moral y sus valores nacionalista «en la doctrina de Simón Bolívar«; y como nos señala el Diccionario de la Academia Española, Doctrina: es enseñanza, es ciencia, es sabiduría, y un conjunto de ideas u opiniones que abarcan un amplio espectro religioso, filosófico, político y social, sustentados por una persona o grupo; que para nuestro entender de identidad nacional y el gentilicio, fueron las enseñanzas de nuestro Libertador a través del Ideal Bolivariano.

Ideales: la Lengua española lo define como un modelo perfecto que, en el campo socioeconómico, es el ápices subliminal de un modelo de estado, el cual Simón Bolívar resumía en una sola palabra: Felicidad..!

«Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la prosperidad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consiste en el perfecto goce de estos derechos»
Simón Bolívar

El término «Ideales» fue acuñado en el campo político por el filósofo Antoine Destutt de Tracy, uno de los llamados ideólogos que intentó identificar el concepto de la sociedad revolucionaria mediante el «Pragmatismo de las Ideas», cuyo concepto revolucionario para su época, ya había sido profundizado por Simón Bolívar:

«La súbita reacción de la ideología exagerada va a llenarnos de cuantos males nos faltan, o más bien los van a completar. Usted verá que todo el mundo va a entregarse al torrente de la demagogia, y desgraciados de los pueblos y desgraciados de los gobiernos»
Simón Bolívar

En el campo político, la ideología conlleva irremediablemente a la manipulación de la conciencia y la demagogia, como sabiamente nos alertó Bolívar, puesto que es el componente fundamental del totalitarismo absorbente que se filtra con sus perniciosas doctrinas, o en práctica de violencia revolucionaria que destruye la libertad civil y política de los pueblos; su seguridad económica y social; y el propio estado espiritual y de conciencia humana… Por ello, Bolívar, el Libertador y Padre de la Patria americana, señaló la Unidad Sudamericana a través de la fórmula de la integración, si aspiramos alcanzar una vida efectiva de felicidad que nos da la libertad, el bienestar y la democracia participativa y protagónica.

«Yo soy del sentir que mientras no centralicemos nuestros gobiernos americanos, los enemigos obtendrán las completas ventajas, o seremos envueltos en los horrores de las disensiones civiles»
Simón Bolívar

América reúne un gran legado de luchas populares, en la que destaca la Gesta Independentista de Simón Bolívar, como una auténtica resistencia y lucha social que la define como una revolución autóctona y que perdurará en el tiempo, puesto que se sustenta en tres bases filosóficas de profundas raíces revolucionarias:

BOLIVARIANISMO = SOCIALISMO + NACIONALISMO + ANTIIMPERIALISMO

Son tres conceptos fundamentales que constituyen la doctrina bolivariana… por lo cual Bolívar debe ser considerado el precursor del «socialismo emergente»… pero no un socialismo enquistado en las cúpulas que se definen como «representante del pueblo» y que tanto daño le hicieron al partido Bolchevique, en la Unión Soviética, y de Mao Tse-tung, en China, sino un socialismo auténtico que sólo puede transitarse mediante el conocimiento y participación popular.

«He aprendido excitar la prosperidad nacional por dos grandes palancas de la industria: el trabajo y el saber. Estimulando estos dos resortes de la sociedad, se alcanza lo más difícil entre los hombres: hacerlos honrados y felices»
Simón Bolívar

El 25 de mayo de 1826 Bolívar sorprende a la intelectualidad de la época con un postulado que transformará el estamento filosófico, político y social en dos mil años de historia:

«La soberanía del pueblo es la única autoridad legitima de las naciones»
Simón Bolívar

Bolívar hablaba de «Poder Popular»… un término que hizo temblar los Congresos, Senados, Parlamentos y Cámaras de Representantes del mundo político; atemorizó al poder económico que ya se proyectaba como los futuros imperios esclavistas; y desmontó dieciocho siglos de adoctrinamiento religioso… Un término que, erróneamente, se le atribuye a Carlos Marx en su «Manifiesto Comunista», pero que surgió con Bolívar cincuenta años antes, cuando idealizó un sistema de gobierno participativo:

«Es encantador el prospecto de un gran pueblo gobernado por autoridades bien enlazadas en si, circunscritas a sus atribuciones y eminentemente amantes de la gloria nacional»
Simón Bolívar

Eso es: «Poder Participativo«… Un nuevo elemento social que se suma al «Poder Popular» que concebía Bolívar el estadista, y que enmarca el modelo Socialista Bolivariano, como un sistema eminentemente popular, eminentemente justo y eminentemente humanista; tal cual lo gritó a los cuatro vientos en Angostura un 15 de febrero de 19819:

«Dignaos conceder a Venezuela un Gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar bajo el imperio de leyes inexorables: la Igualdad y la Libertad»
Simón Bolívar

El Bolivarianismo es la expresión subliminal del socialismo en su última escala de evolución y perfeccionamiento de la sociedad, puesto que se sustenta en dos baluartes principios revolucionarios que, con su poder omnipotente, se imponen ante cualquier régimen fascista y dictatorial: el Poder Popular y el Poder Participativo

«El pueblo nunca es culpable, y ningún pueblo lo es nunca, porque el pueblo no desea mas que justicia, reposo y libertad. Los sentimientos dañosos o erróneos pertenecen de ordinario a sus conductores, es decir a los gobernantes. Ellos son la causa de las calamidades públicas»
Simón Bolívar

Hoy, bajo la óptica de la filosofía política evolucionista, la Revolución Bolivariana es un ejemplo vigente de democracia participativa y protagónica sustentada en un pueblo instruido, adoctrinado y organizado dentro de la comunidad, donde el humanismo y la justicia constituyen los anhelos de cualquier gobierno que dice responder al clamor popular; al respecto dejó escrito nuestro Libertador:

«Tan solo el pueblo conoce su bien y es dueño de su suerte; pero no un poderoso, ni un partido ni una fracción. Nadie sino la mayoría es soberana y dueña de su destino»
Simón Bolívar

Con Bolívar surgió el principio inexorable de «pueblo» para definir, no sólo un sistema de gobierno, sino todo un sistema social que trabaja por el logro de la felicidad, como la eterna búsqueda del hombre y la comunidad.

«El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política»
Simón Bolívar

El Bolivarianismo es una doctrina socialista incluyente y no excluyente, capaz de convivir en total armonía con el social cristianismo, marxismo, el comunismo y hasta con el capitalismo; que si bien es cierto son posturas ideológicas antagónicas que separan a la sociedad en distintos bandos políticos de profunda controversia, el respeto y la admiración al Padre de la Patria, es una ideología que nos une estrechamente como ciudadanos de América, sin distinción de clase, raza, credo, color de piel y color político… Bolívar nos legó esta reflexión:

«La prosperidad del país: vendrá cuando los ciudadanos tengan el derecho de gozar y disponer libremente de sus bienes, y del fruto de su talento, industria y trabajo»
Simón Bolívar

Eso es BOLIVARIANISMO… Una doctrina Socialista que se instrumenta a través de las «Misiones», como programas sociales que Bolívar llamaba: «Política Social», donde el Estado gobierna para todos, salvaguardando el interés colectivo sobre el particular, llevando la justicia social a los más necesitados, pero protegiendo la propiedad privada, el derecho al trabajo productivo, al comercio en general, y el desarrollo industrial, como palancas del progreso y la prosperidad del país.

El Expediente Negro de la Cuarta República

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